La sequía, de J. G. Ballard (reseña)

Las novelas de J. G. Ballard suelen estar plagadas de coincidencias del tipo Deus ex machina que en otros autores empobrecerían la narración, al grado de hacerla quedar como un artificio inverosímil. La diferencia es que las obras de Ballard son estructuradas como «una ecuación de emociones y relaciones». Los personajes se encuentran, constantemente, en los momentos precisos, como si se llamaran o tuvieran una cualidad extrasensorial que les permite saber a cada momento dónde se encuentran los demás, pero estas casualidades funcionan en la obra ballardiana porque no se trata de relatos naturalistas, pese al realismo con el que desarrolla sus historias, sino de narraciones simbólicas, casi oníricas. Son una modalidad del transrealismo.

Sus escenarios representan el paisaje interior («inner space») del o los personajes centrales, y las relaciones que se establecen entre ellos, representan las relaciones de ideas y emociones que los mismos experimentan a lo largo de la narración. Esto queda patente en La sequía más que en ninguna otra de sus novelas, salvo, quizá, The Atrocity Exhibition.

La sequía es la historia de un hombre, Charles Ransom, que sufre una grave crisis de identidad cuando el mundo comienza a secarse a falta de lluvia, convirtiéndose paulatinamente en un desierto. El paisaje interior de Ransom y el mundo desértico, son reflejos uno del otro, y no podemos saber a ciencia cierta cuál es previo a cuál. El puente que comunica ambas sequías, la interior y la exterior, es una pintura del artista surrealista Yves Tanguy, que representa una escena árida y casi vacía, similar al escenario desértico del cual Ransom quiere huir y al que anhela volver.

Esta novela es la segunda de su ciclo postapocalipsis/catástrofes naturales, que se inicia con The Wind from Nowhere, continúa en El mundo sumergido y llega a su culmen con El mundo de cristal. Aunque bien reconocida como una obra de ciencia ficción, una lectura menos literal y más simbólica nos permite hablar de una novela transrealista o del realismo visionario.

2 respuestas a «La sequía, de J. G. Ballard (reseña)»

  1. Hola, pues no es una novela que creo que leyese, pues no soy mucho de este tipo de tematicas, pero parece ser que a ti si que te ha gusto y que seguiras leyendo las demas.
    un saludo he intento seguirte, que no se como hacerlo.

    el desvan de las mil y un

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    1. En la parte inferior, donde dice «Al abordaje», introduces tu e-mail y recibirás las actualizaciones, que, admito, no son tan frecuentes como quisiera.

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